Queremos compartir con vosotros este texto tan bonito que nos ha llegado y que tanto nos puede ayudar a todos.
¿QUIEN DICE QUE ESTE AÑO NO HAY  SEMANA SANTA?
¿Quien dice que este año el Cristo de la Salud no sale, si está vestido de verde, de azul o blanco en los hospitales?
¿Quién dice que los nazarenos no harán su penitencia si vienen con sus enfermos a las puertas de urgencias?
¿Quién dice que Jesús Caído no saldrá el Miércoles Santo si vemos a nuestros médicos caídos y agotados con humildes cireneos: celadores, limpiadoras y personal sanitario?
Y al igual que en la Borriquita Cristo nos trajo la Buena Nueva, nuestros héroes camioneros pasan las noches en vela para traernos a todos alimentos para nuestra despensa. Y desafían los caminos por donde el virus ya vuela, pensando en sus familias y en no quedar en cuarentena.
Y la Virgen de la Paz lucirá su manto blanco en tantas hermanas que cuidan de nuestros ancianos llevándoles la paz del cariño con sus uniformes también blancos.
 Y  con el cansancio en la mirada como cuando en el Huerto estaba orando, también Cristo está presente en los que en cualquier supermercado, o en una pequeña tienda de esas que están en nuestros barrios, reponen las estanterías o están en las cajas cobrando para saciar nuestra hambre como hiciera en aquel milagro, con la misma Humildad y Paciencia con la que sale el Jueves Santo.
Y nuestros santos sacerdotes con la Virgen del Rosario ofrecen sus oraciones por el pueblo encomendado.
Y en nuestra Policía y Guardia Civil, también está crucificado, dándonos todo su Amor y su tremendo cuidado para que pase de pronto la plaga y no suframos ningún daño, que ellos no se quedan en casa y están en la calle velando.
¿Y cómo no va a salir la Esperanza si eso es lo que ha quedado? La Esperanza para aquellos que tienen negocios cerrados, y miran pidiendo Remedios en sus casas confinados.
Y la Virgen de la Palma también sale este año por el agradecimiento del pueblo que toca las palmas en un aplauso a aquellos que se juegan la vida para que nosotros estemos sanos.
Y a la Virgen de la Concepción le pedimos este año que al igual que ella que fue tan Pura así nos preserve bajo su manto y quede este pueblo puro sin ningún contaminado.
 Y si piensas en cuántos de los nuestros se sienten solos y abandonados comprenderás que también el Cautivo sale a la calle este año porque encerrados en sus casas, sin poder ir a ningún lado, se sienten como Jesús Preso, que sale sin ser Martes Santo, y solo sienten la compañía de la Virgen de los Desamparados.
Y cuando veo la de gente que sin un ser querido se han quedado y lloran mirando al cielo buscando un consuelo santo, siento que también ha salido la Piedad del barrio bajo o la Virgen de las Angustias con su Hijo en el regazo.
Y también saldrá de Madrugada el Cristo de la Expiración, que muriendo salvó al mundo y de sus pecados lo limpió, en nuestros hermanos de la limpieza, que para que no haya infección, recogen nuestras basuras en silencio y abnegación.
Qué importantes son estos hermanos que trabajan en el campo llevando pesada cruz como el Cristo del Calvario, demostrando su fortaleza expuestos a ser contaminados, pero siguen siempre de frente, como anda el Señor en su paso.
Por eso que no me digan que nos quedamos sin Semana Santa que ya lo dijo el Señor, que Él mismo estaba en aquel que es tu prójimo y de tu amor necesitaba.
Que tal vez no habrá procesiones de bellas imágenes talladas pero como ves, Cristo sale a la calle junto con su Madre cada mañana.
Y descubrirás el rostro de la Virgen cuando mires a una anciana que está pasando la cuarentena, tan solita en su casa, y al cerrar los ojos verás que esa abuelita santa es la Virgen de la Soledad, con el pelo lleno de canas.
Y la Virgen de los Dolores aunque con sus mantillas no salga, también estará en la calle en nuestros hermanos de las farmacias, que para aliviar nuestros dolores las medicinas nos despachan.
Y aunque a todos nos asuste el pasar por el Sepulcro, incluso ahí está la fortaleza del que es el Rey del mundo, y refugiarte en la Amargura, que Ella es puerto seguro, que en sus lagrimas hay dulzura y después de esto habrá triunfo.
Que cada día nos bendice Nuestro Padre Jesús Nazareno sin salir a la cuesta o a la plaza.
Él sigue cuidando de nuestro pueblo, para que vivamos esta Semana Santa con el corazón y el sentimiento.
Una Semana Santa diferente, y cuando ya todo haya pasado, comprobaremos realmente que Cristo ha Resucitado, y nos traerá con Él la alegría de un pueblo recuperado para bailar como baila la Antigua y vivir mejor como hermanos.
Que aunque no haya procesiones en nuestro pueblo por primavera sigue oliendo el incienso, que pone su gente buena, porque nuestro sentir no se suspende, porque nuestra fe es verdadera, porque siempre es Semana Santa.